lunes, 26 de enero de 2009

Cosas buenas

Todo tiene sus cosas buenas. Y esto que parece un dogma inamovible no es sino una firme convicción que renuevo cada cosa mala que me pasa.

Sin ir más lejos, los exámenes. Eso sí, los exámenes normales.

Esos exámenes por los que luego puedes tomarte la tarde de ocio (y como siga poniendo cursiva al final tendré que subrayar, como si se tratara de apuntes) o para hacer tareas pendientes como limpiar tu Desordenada habitación:



Adonde quería llegar es que incluso esos momentos previos de tensión, esas noches de sueño que no viene, esos sueños raros,... tienen su recompensa. Y a veces con sabor a chocolate, que siempre reconforta, si el examen(/desafío/prueba/...) no ha ido bien.


Por mi parte sólo queda esperar al siguiente momento de tensión y su sucesivo examen... ¿eso significa que puedo comer chocolate no? Bueno, puede que hoy no sea necesario, pero lo tomaré de todas formas.

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