lunes, 22 de diciembre de 2008

Formas de ser

Su cara lo decía todo. Sin embargo, decía que no pasaba nada. Que si era lo que había salido él lo aceptaba. Cosas de las mayorías. Y, aunque estaba claro que no era lo que prefería, nos convenció que lo aceptaba.

Amigos desde hace seis años y no es capaz de explicar en vivo, cara a cara, lo que le pasa por la cabeza, a todos. Sólo unos días después, y a uno de nosotros, le dice que duda. Que no sabe si podrá o no. Y no suelta prenda. Aunque le preguntes porqué.

Y me ha venido a la cabeza la imagen de un iceberg. Tal vez se parezca a ellos.

Si bien es cierto que a veces me callo muchas cosas, pueden calificarse de nimiedades comparadas con un proyecto conjunto, como un viaje juntos, o algo así.

Así que, por el momento, un chasco para los demás. Por su incapacidad de hablar las cosas (aspecto que no era nuevo pero que es un rollo) y por su retraimiento. Que viene a ser lo mismo pero otra vez.

Lo malo de que no se abra es que no puedes dar consejos. O decir lo que harías tú en su caso. Si explicara porqué duda, podríamos ayudarle en algo y, por supuesto, comprender sus reparos, no ya mejor, si no comprenderlos.

Pero no. Tal vez piense que debe solucionar lo que sea él solo. Que nadie puede ayudarle. O, precisamente, que quiere arreglar eso él solo, sin ayuda de nadie.

Espero que algún día nos cuente qué le pasaba por la cabeza.

domingo, 14 de diciembre de 2008

Amigo invisible

Me repatea. Esa es la palabra. O inservible, que dijo un amigo. Con toda mi buena intención organizo un amigo in visible para que al final uno se quede sin regalo. No me lo explico.

De acuerdo, la primera equivocación fue mía al perder un par de papeles con los nombres de dos participantes. Pero lo volví a hacer. Comprobé los nombres. Conté y reconté. Y todos volvieron a recibir otro papel con otro nombre (o el mismo en contados casos). Incluso escribí el nombre en otro color y dije que sólo servían los papeles con el nombre en ese color. No fue suficiente.

No sé si alguien recibió dos regalos. Lo que significaría que alguien estaba regalando al que le tocó la primera vez. O puede que se le olvidara. Ni idea. Y creo que nunca lo sabremos. El único consuelo es que al que le haya pasado (regalar al que no le tocaba o, directamente, no regalar) ahora se estará muriendo de vergüenza aunque nadie sepa quién es. Por lo menos yo me estaría muriendo de vergüenza.

lunes, 8 de diciembre de 2008

Desde que te conocí


Era una mañana
sombría de noviembre
las hojas caían ya de los árboles
y se tornaban amarillas.
Soplaba una brisa suave,
pero bastante fresca.
Y apareciste tú
surgió el calor del
cortante viento y
el helado suelo.
La luz de entre las
tinieblas y la oscuridad.
Me quedé sin palabras,
la mente en blanco,
perdida la mirada,
la boca abierta.
Con firmeza lo recuerdo,
pues guardado está en mi mente
me saludaste cual ángel,
a la vez del infierno y del cielo.
...


Esto es como desclasificar un documento secreto. Han pasado diez años. Y hemos cambiado. Aquel yo y éste. Pero para mejor.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

'Carácter'

Había decicido que no quería jugar. Estaba bien. De acuerdo, había tenido fiebre. Pero estaba claro que ya se encontraba bien. Y que podría soportar el frío jugando a fútbol por la noche.

Pero era de ese tipo de personas que, en cuanto decida algo o cree en una cosa, no es capaz de modificar eso que haya decidido o que ahora crea. De ese tipo de personas a las que debes hacerles ver las cosas. No basta con explicarles otro punto de vista y argumentarlo. No. Si se le han cruzado los cables estás perdido.

Hoy había decidido que no jugaría. Y se le habían cruzado los cables. Era el único que, decía, no estaba en disposiciones de jugar. Por lo que el resto del equipo sí que podía. Era tan buena persona que no le importaba no poder jugar. Que jugasen si querían. Él no podía.

En cambio, ya se había encargado de decirle a otro de su equipo que fuera al gimnasio porque no iba a haber partido después de cenar. Cuando él era el único que decía que no podía jugar aún. Así que daba igual que el otro se machacara en el gimnasio, ya que no iba a haber partido. O, más bien, ya se ocuparía él de que no hubiera. Estaba claro que, aunque los demás quisieran, si uno no quería (perdón, podía) y otro llegaba cansado del gimnasio pues tampoco iba a querer, digo, poder.

En resumen: tiene los huevos cuadrados. Una vez que ha decidido que no, es que no. Y bien que se le ve. Que tuvo fiebre hace dos días y que hace frío dice. Pues parecido hará dentro de una semana. Y debió de tener unas decimillas si de su aspecto, sus voces y demás no extraigo que ha estado malo.

Ahí queda eso. Que no me gusta la gente que se empeña en algo y no es capaz de dar su brazo a torcer. [Lo de dar su brazo a torcer me daría para otro día.]