lunes, 7 de enero de 2008

Lo que más quieras

“Que te traigan mucho los reyes” dicen.

Y ¿qué hago con ese ‘mucho’? ¿‘Mucho’ qué?

¿No será mejor que me traigan algo bonito? O que me guste lo que me traigan. Es posible también que sepan lo que me gusta y me lo traigan. Eso sería lo mejor. O que me traigan algo que me quede bien si se trata de ropa o un complemento. Y, por qué no, que me animen y me apoyen con una sencilla tarjeta con sus mejores deseos. Que haya alguna sorpresa que alguien no se espera. Que ya no tenga que madrugar para que los reyes hayan dejado sus regalos (para algo pasan por delante de casa).Que no me toque la haba si es que como roscón de reyes. Que no tenga un familiar al que le haga gracia que en su casa los reyes me traigan carbón.

En estos días que me ha tocado vivir parece primar la cantidad sobre la calidad: “Que te traigan mucho los reyes”. En ese caso respondo “igualmente”. Y lo hago con cierta aflicción por comprobar que esa persona también ha caído, aunque ya lo supiera antes. “Que te traigan lo que más quieras” me parece mil veces mejor. Alguna vez la he dicho pero, desde ya, la pondré más en práctica. Ahora preguntaré si les han traído lo que más querían (puesto que ya han pasado los reyes).

Si a uno le preguntan “¿qué te han traído los reyes?” es con ánimo de saber y de interesarse, no seré tan retorcido como para decir que es, directamente, para comprobar cuán buenos son la familia y los amigos de uno y si se estiran por estas fechas.

Hablando de ser bueno... que a los niños pequeños les digan que tienen que ser buenos porque los Reyes lo ven todo pase. Por donde no paso es porque me pregunten si fui bueno. ¿Acaso a cierta edad los regalos van en función de eso? Tal vez me esté tomando en serio una simple pregunta, pero es que no me hace gracia eso de “¿fuiste bueno? ¿te trajeron mucho los reyes?”.

A la vuelta de Navidad, prefiero preguntar “¿qué tal las vacaciones?” para que no se vean presionados a enumerar de buenas a primeras lo que han recibido o si han recibido algo. Me parece mejor conocer si las ha pasado en familia, si ha estado allí o allá, si ha tenido que trabajar. En fin, la situación personal. No un mero recuento del dinero gastado en unos regalos a veces forzados.

Incluso, y lo más básico, es desear que uno se lo pase bien. Ah, perdóneme, había olvidado que eso se daba por hecho. Pero lo cierto es que las sonrisas de plástico están de oferta en esta época del año, no como otros productos, por ejemplo, los mensajes personalizados, que están escasos.