domingo, 19 de octubre de 2008

Fuegos de artificio


A veces sentimos mariposas en el pecho. Cerca de la boca del estómago. Una lagartija en el pecho, escribía Lorca. Un leve cosquilleo por ciertas cosas. Una mirada. Una llamada. Una sonrisa. Una caricia. Y comienzan las dudas. ¿Será mi maginación? Y la respuesta es sí. Pero, ¿habrá algo más aparte de mi imaginación?

¿Podría haber algo más aparte de la cantidad de cosas que ya nos unen? Una pregunta más que difícil. Partamos de que nos unen muchas cosas. De que estamos a gusto juntos. De que muchas veces estamos de acuerdo sin pensar. A veces termino sus frases. Y viceversa. Tirar los trastos se puede llegar a convertir en tedioso. Para los dos. Claro que, hasta que alguien ponga las cartas sobre la mesa es lo único que tengo (y tiene).

Lo quiero como se quiere a los mejores amigos. Eso es seguro. Pero, ¿de verdad lo quiero en el sentido de tener la necesidad de estar juntos? Sólo el tiempo dirá si esto es una enajenación transitoria o no. Si los fuegos artificiales que ahora siento (no un leve aleteo de una mariposa) no cesan, seguro que no es transitorio.

Entonces se me ocurre pensar: ¿dónde está el límite para considerar algo 'transitorio'? Pero ésa es otra historia.

miércoles, 15 de octubre de 2008

5 de 27

Creí que iban a ser más. Pero 'sólo' he dedicado 5 entradas de las 27 totales (contando esta) al teatro.

Al teatro hecho durante 5 años consecutivos. Cada año convirtiéndome en alguien distinto: Fernando Hijo, un Joven 1º, Señor Director-Mauricio, un travesti llamado Daniela Frías y el Doctor Hinkfuss. Durante 6 obras seguidas (2 en un mismo año, aunque en la segunda era apuntador). Con gente, amigos al final, que ha ido cambiando a lo largo de los años, aunque un par han 'resistido', como yo.

Pero este año no. Al menos ahora. La última vez fui el Doctor Quemaseliaba, no el Doctor Hinkfuss. Fui el que acordó la decoración, en ocasiones hasta el detalle; el que pensó la banda sonora, con otra compañera; el que compró muchas de las cosas necesarias; el que cortó, acortó y acotó la obra y diseñó cómo debíamos colocarnos, con la ayuda de todos; el que tuvo claro cómo y cuándo subir y bajar la intensidad de la luz, con ayuda de otro compañero. En suma, el director.

Y el resultado no pudo ser peor para mis exámenes. Y mejor para la obra. Esto gracias a todos, por supuesto. Pero no quiero tener que rajarme ni estorbar ni faltar como hacían otros los dos últimos años. Porque de esa forma no se avanzaba porque faltaba Fulanito. Y no quiero ser Fulanito ni que mis exámenes vuelvan a ir mal.

Además, echaría más de menos aún a un puñao' de gente que no está siquiera en esta ciudad. Y mira que me gusta el teatro, pero, pensando de forma egoísta, soy yo el que más lo siente. Dicen que me echan de menos. Y yo a ellos. Y las paridas, las risas, las improvisaciones. También lo siento en parte por conocer a los nuevos que han sentido el gusanillo del teatro.

jueves, 9 de octubre de 2008

Inmigración con 5 años

A los cinco años ya se comprenden temas sociales relativos a la integración y la separación

Una investigación confirma que la composición étnica de las escuelas de primaria tiene un impacto directo sobre las actitudes de los niños hacia aquellos de otros grupos étnicos y en su capacidad para relacionarse con sus compañeros.

Madrid (25/28-07-08).- Según un estudio de las universidades de Sussex y Kent en Reino Unido que ha sido hecho público por el Instituto de Investigación Económico y Social de este pais, los niños de cinco años comprenden los temas sociales relativos a la integración y la separación

La investigación consistió en un año de estudio longitudinal con tres grupos de entrevistas en 20 escuelas de Sussex y Kent en las que participaron también los profesores. En todos los 398 niños que tomaron parte en el estudio, 218 eran de minorías étnicas. Esta composición de minorías étnicas de las escuelas oscila entre un 2 y un 63 por ciento.

El estudio mostró además de los retos a los que se enfrentan los niños inmigrantes, que los que acuden a escuelas caracterizadas por una elevada diversidad étnica experimentaban menores problemas con los compañeros y menos prejuicios que los que atendían a escuelas más homogéneas.

Las entrevistas revelaron que la gran mayoría de los niños con orígenes inmigrantes querían mantener su identidad étnica incluyendo su lenguaje y costumbres religiosas pero que, al mismo tiempo, estaban abiertos a adoptar muchas de las prácticas y valores de la sociedad que les había acogido. Esta preferencia, conocida como orientación integracionista, era ya clara en niños de cinco años pero era incluso más marcada en los de edades más avanzadas de entre ocho y once años.

La investigación mostró que tener esta actitud integracionista ayudaba a los niños tanto emocional como socialmente. Al inicio del estudio, los investigadores descubrieron que los niños de las minorías, en particular la primera generación de inmigrantes, solían tener menor autoestima y eran menos aceptados por otros niños de las minorías que por sus compañeros de clase ingleses. Pero, cuando fueron entrevistados a los 6 y 12 meses después, los niños con una orientación integracionista mostraron mejorías significativas en ambas medidas.

Según explica Rupert Brown, director del estudio, "las observaciones de los profesores revelaron que los niños con una orientación integracionista, en particular aquellos que eran de la primera generación de inmigrantes, eran más propensos a llorar y a mostrar otros síntomas de ansiedad social que los niños que sólo se centraban en su cultura. Estos niños también informaban de más incidencias de discriminación racial".

Estos efectos adversos fueron menos comunes en los niños inmigrantes que acudían a escuelas con un nivel relativamente alto de diversidad étnica que en aquellos con una menor proporción de alumnos de minorías étnicas.

Descubrimos que, cuando la proporción de los niños de minoría étnica en una escuela es de al menos el 20 por ciento, tanto los niños de minoría étnica y los niños de la mayoritaria tendían a tener una mayor autoestima, los niños tenían más amistad con niños de otros grupos étnicos y por ello menos problemas en las relaciones con sus iguales como el acoso".

Brown concluye que los descubrimientos sugieren que cuanto mayor es el contacto que tienen los niños con otros grupos étnicos, mayores cruces entre grupos de amigos tendrán y menos prejuicios sufrirán. Esto discute las políticas que se dirigen a reducciones en la diversidad de las escuelas como la promoción de escuelas de una única confesión religiosa.


Es una noticia de www.elmedicointeractivo.com