miércoles, 3 de diciembre de 2008

'Carácter'

Había decicido que no quería jugar. Estaba bien. De acuerdo, había tenido fiebre. Pero estaba claro que ya se encontraba bien. Y que podría soportar el frío jugando a fútbol por la noche.

Pero era de ese tipo de personas que, en cuanto decida algo o cree en una cosa, no es capaz de modificar eso que haya decidido o que ahora crea. De ese tipo de personas a las que debes hacerles ver las cosas. No basta con explicarles otro punto de vista y argumentarlo. No. Si se le han cruzado los cables estás perdido.

Hoy había decidido que no jugaría. Y se le habían cruzado los cables. Era el único que, decía, no estaba en disposiciones de jugar. Por lo que el resto del equipo sí que podía. Era tan buena persona que no le importaba no poder jugar. Que jugasen si querían. Él no podía.

En cambio, ya se había encargado de decirle a otro de su equipo que fuera al gimnasio porque no iba a haber partido después de cenar. Cuando él era el único que decía que no podía jugar aún. Así que daba igual que el otro se machacara en el gimnasio, ya que no iba a haber partido. O, más bien, ya se ocuparía él de que no hubiera. Estaba claro que, aunque los demás quisieran, si uno no quería (perdón, podía) y otro llegaba cansado del gimnasio pues tampoco iba a querer, digo, poder.

En resumen: tiene los huevos cuadrados. Una vez que ha decidido que no, es que no. Y bien que se le ve. Que tuvo fiebre hace dos días y que hace frío dice. Pues parecido hará dentro de una semana. Y debió de tener unas decimillas si de su aspecto, sus voces y demás no extraigo que ha estado malo.

Ahí queda eso. Que no me gusta la gente que se empeña en algo y no es capaz de dar su brazo a torcer. [Lo de dar su brazo a torcer me daría para otro día.]

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