domingo, 10 de octubre de 2010

En común

La vida, como el cine (o éste como la vida) a menudo se repiten. Muchas veces no exactamente. La mayoría es sólo que una situación nos recuerda mucho a otras. Un paseo en bicicleta nos puede recordar otro, un helado que nos gotee por los dedos puede hacer que nos acordemos de aquel que se nos cayó por completo y así sucesivamente.

Pero en el cine, con todo lo que se ha hecho, siempre habrá algo que nos recuerde a otra película. Y más cuando el subsconsciente de los directores, productores, guionistas y actores revolotea por todo el estudio. El vestido de esa actriz, el coche de los malos, la banda sonora (dos ejemplos: http://bit.ly/c4Dlf7 y http://bit.ly/aY7YD0 ) y muchas cosas más. Pero, sobre todo, lo primero que uno aprecia es acerca de un argumento parecido.

Las tardes de los fines de semana son para tragarse el filme que pongan en televisión o para poco más. Así que me decidí por Bajo el sol de la Toscana, con Diane Lane y dirigida por Audrey Wells. Enseguida me di cuenta de que, tres años después, Ridley Scot había hecho algo así con Russell Crowe en Un buen año. Y, por supuesto, las comparaciones con el Come, reza, ama de Ryan Murphy fueron inevitables.

La protagonista de ésta, encarnada por Julia Roberts, recorre más países. Pero también ha sufrido un divorcio. En cambio, el experto en inversiones Max Skinner (Russell Crowe) simplemente debe ir a la Provenza para vender una casa donde pasaba los veranos de su infancia.

En cualquiera de los casos, el viaje resulta, de manera intencionada o no, una forma de buscarse a sí mismo y saber quiénes somos y qué queremos en la vida. Así como una forma de aprender a querernos como somos y a no intentar ser de otra forma. La otra gran lección es que se puede disfrutar la vida trabajando y no sólo en contadas ocasiones.

Me gusta viajar por conocer otros sitios, otra arquitectura, otra comida, hablar otro idioma, conocer otra cultura, ... otros puntos de vista, en definitiva. Creo que sé quién soy y, por ahora, no utilizo los viajes para huir de algo, si no para visitar a alguien y vivir un poco de su día a día allá donde esté o, simplemente, para compartir unos días con alguien conociendo un lugar nuevo para mí.

No hay comentarios: