miércoles, 14 de mayo de 2008

Slide down hill



Deslizándose colina abajo.

Un placer la despreocupación que nos llenaba a lo largo de cuatro intensos días en Oslo. Un placer compartirlo con las personas que me acompañaron. O, más bien, a las que acompañé. Volvería a hacerlo. Sin dudar, como mejor salen las cosas. A la aventura:

''Vale, voy con vosotros. Y... ¿qué hay que ver en Oslo?''

Tal vez, con alguna persona en particular, si esta persona quiere, haga otro viaje. Pero un viaje más interior, más nuestro. Ni yo mismo lo sé. Hoy o mañana, pasado tal vez, me anime a saber si quiere hacer otro 'viaje' conmigo.

Y deslizarnos en un mar de emociones y sueños mientras el viento remueve sus cabellos y me hace sonreir.

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