A continuación la mayoría de las personas suele preguntar ¿por qué esa especialidad? Esa especialidad que suena a cáncer, a historias cercanas y, con no tanta frecuencia como la gente piensa, terribles.
Hoy me he propuesto hacer lo que Tere M. Migueláñez (@MsConsu en twitter) ya hiciera allá por el 21 de febrero de 2011: acercar nuestra especialidad al público. Creo que lo logró con muy buen tino en las entradas de su blog. Os recomiendo todas. Pero como este es el mío os diré primero cómo llegué a la Oncología Radioterápica y, después, en otra u otras entradas, cómo veo yo la especialidad.
Durante la carrera, al menos en Valladolid, la facultad seis veces centenaria (blablabla...); sabemos que hay muchas patologías que se tratan con radioterapia, pero no aprendemos cómo se tratan. Al menos puedo hablar por los que acabamos antes de 2011. El cómo para mí era una incógnita. Aunque también es verdad que se trataba de una parte de una asignatura troncal pequeña en tercer curso y había otras mucho más duras de roer a las que prestar atención. Aquí, en Santander, creo que está mejor impartida.
En 4º curso elegí una optativa de Oncología, impartida de hecho por Francisco López-Lara Martín, jefe del servicio de Radioterapia del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (noticia de 2007); y ahí sí supe por supuesto más cómos, en qué consistía el tratamiento, pero aún de forma un poco etérea. Esta optativa englobaba las tres patas del tratamiento del cáncer: cirugía, quimioterapia (administrada por los especialistas en Oncología Médica) y radioterapia (dada por los radioterapeutas, que no radioterápicos). Pero entonces la idea no cuajó en mi consciencia.
Hasta que, durante la preparación del examen MIR, supe de la Oncología Radioterápica por una entrada de Aitor Guitarte en su blog. Sí, hoy esto va de twitter y blogs.
Vas haciendo simulacros (en la preparación del MIR) y vas haciendo cábalas de lo que podrás hacer y dónde y lo mejor es tener un puñado de opciones en la cabeza. Yo tenía de todo, pero me inclinaba por Oncología, Médica o Radioterápica, y Neurología. Además de otras tres que se me ocurrían, que también me parecían geniales como trabajo.
Pero al final, el día D en Madrid, hay que elegir una. Tras consultar con Paula Jiménez Fonseca, oncóloga médica del Hospital Universitario Central de Asturias, y permitirme acompañarla en su trabajo, me presentó a mis colegas de Oncología Radioterápica del HUCA y estuve 3 mañanas viendo el día a día de la oncología radioterápica. Y me gustó, oigan. Además conocí a la que sería mi R4 al empezar el año pasado, ahora adjunta. Ese contacto con el día a día me permitió hacerme una idea de su rutina de forma mucho más completa que cualquiera que hubiese podido hacerme por leer por internet acerca de la especialidad. Así que les estoy muy agradecidos.
Con posterioridad viene elegir dónde, pero eso es otra historia. Muy personal en muchos casos. Hay unas 46-48 plazas de Oncología Radioterápica cada año. Es decir, de las aproximadamente 12.500 personas que se presentan al examen MIR para unas 6.000 plazas nuevas cada año, ni 50 podrán elegir Oncología Radioterápica, lo cual también nos beneficia a la hora de encontrar trabajo al finalizar la residencia. Pero, en primer lugar ese número ajustado se debe a que este tratamiento no está presente en todos los hospitales o, aunque esté presente, no hay un volumen de tratamiento suficiente como para formar residentes.
Por lo tanto, en principio mejor un gran hospital que vea una casuística muy elevada y tenga más técnicas. Pero también puede pasar que sea un hospital grande y que, por haber otro más grande y de referencia en la misma provincia, no se vean tantos casos. Eso ocurre en Valencia con los que no son de referencia por ejemplo. En cambio, en otras provincias o comunidades uniprovinciales o con menos hospitales grandes, puede que sus hospitales medianos vean más casos que esos grandes centros de otras comunidades por el hecho de estar todos centralizados en uno (como es el que caso de Cantabria). Espero estar explicándome.
La contrapartida es que en los medianos no habrá tantas técnicas de tratamiento (Radiocirugía también llamada radioterapia estereotáxica, o todas la Braquiterapia posible) No obstante, por la quincena de servicios que yo indagué, puedo decir que entonces (va a hacer dos años) ninguno ponía problemas a la hora de realizar una rotación externa, puesto que también debemos aprender las técnicas de las que no dispone tu hospital o los casos que no trates pero sí competen a nuestra especialidad, ya fuese en España o en el extranjero.
Entre Oncología Médica y Oncología Radioterápica hay grandes diferencias. Ellos aplican quimioterapia de forma sistémica (a todo el cuerpo, ya sea por vena o en pastillas) y la radioterapia es local: se trata sólo donde hay tumor de forma dirigida con radiaciones ionizantes. OM suele tener una planta considerable, con bastantes camas a su cargo, cuya labor es importante, mientras que ORT suele tener pocos ingresos (si los tiene, depende del hospital), por lo que es sobre todo una actividad de consulta (en Santander -y en general- 3 días por semana: pacientes nuevos, pacientes en tratamiento y revisiones post-tratamiento).
Cada vez hay más fármacos contra más dianas moleculares, mientras que la radioterapia ha cumplido 100 años y lo que ha cambiado sobre todo es la forma de aplicarla, según qué técnicas de imagen participen en la detección del tumor y la indicación de dónde se encuentra exactamente; aunque también ha cambiado la aplicación de radioterapia (desde la Radioterapia externa conformada en 3 dimensiones a la intensidad modulada -IMRT- o la radioterapia guiada por imagen -IGRT- por citar algunas).
Por lo tanto, ahora pueden fusionarse una resonancia magnética y una tomografía computerizada por ejemplo, ya que la primera nos da una información fidedigna de los tejidos blandos y la segunda del hueso y otras estructuras. Con distintos software y programas (Velocity, PCRT, Pinnacle como los más usados) se delimita en las pruebas de imagen lo que queremos radiar y los tejidos sanos a proteger.
Así pues, la radioterapia es más tecnológica e instrumental, equiparable a cirugía en algunos tipos de tratamientos; por lo que aún queda futuro para esta especialidad. Ésa fue una de las cosas que me hizo inclinarme por esta, así como realizar guardias de la propia especialidad una vez alcanzada la mitad del periodo formativo o antes (en la mayoría de los hospitales al año de haber empezado la especialidad) y no de urgencias e interna como los residentes y especialistas de Oncología Médica en la mayoría de los hospitales.
En el día a día del diagnóstico y tratamiento del cáncer participan muchas especialidades en función del tumor del que estemos hablando: médicos de familia, ginecólogos, neumólogos, otorrinolaringólogos, radiólogos (los que estudian las imágenes pero a veces también toman muestras del tumor), anatomo-patólogos, cirujanos (generales, torácicos, maxilofaciales,...), especialistas en Medicina Nuclear. Seguro que me dejo algunas.
A Oncología Médica y Oncología Radioterápica ya llega diagnosticado. Diagnosticado no necesariamente es informado. Pero puede que a veces no tenga interés en saber al 100% qué le pasa, lo cual es respetable. Pero esta es otra historia, que diría Michael Ende. Cuando un paciente es diagnosticado, un equipo multidisciplinar compuesto de esos especialistas tomará la decisión para tratar de una u otra forma, según el caso. El tratamiento muchas veces engloba las tres patas: cirugía, quimioterapia y radioterapia. En ese orden, al revés (quimio-radio y luego cirugía) u otras muchas combinaciones.
Y, por supuesto, realizamos un seguimiento de los pacientes para ver cómo llevan el tratamiento (lo que llamamos ver si se produce toxicidad por la radioterapia) y ver cómo es la respuesta al tratamiento.
Seguiremos informando. Saludos.
Hoy me he propuesto hacer lo que Tere M. Migueláñez (@MsConsu en twitter) ya hiciera allá por el 21 de febrero de 2011: acercar nuestra especialidad al público. Creo que lo logró con muy buen tino en las entradas de su blog. Os recomiendo todas. Pero como este es el mío os diré primero cómo llegué a la Oncología Radioterápica y, después, en otra u otras entradas, cómo veo yo la especialidad.
Durante la carrera, al menos en Valladolid, la facultad seis veces centenaria (blablabla...); sabemos que hay muchas patologías que se tratan con radioterapia, pero no aprendemos cómo se tratan. Al menos puedo hablar por los que acabamos antes de 2011. El cómo para mí era una incógnita. Aunque también es verdad que se trataba de una parte de una asignatura troncal pequeña en tercer curso y había otras mucho más duras de roer a las que prestar atención. Aquí, en Santander, creo que está mejor impartida.
En 4º curso elegí una optativa de Oncología, impartida de hecho por Francisco López-Lara Martín, jefe del servicio de Radioterapia del Hospital Clínico Universitario de Valladolid (noticia de 2007); y ahí sí supe por supuesto más cómos, en qué consistía el tratamiento, pero aún de forma un poco etérea. Esta optativa englobaba las tres patas del tratamiento del cáncer: cirugía, quimioterapia (administrada por los especialistas en Oncología Médica) y radioterapia (dada por los radioterapeutas, que no radioterápicos). Pero entonces la idea no cuajó en mi consciencia.
Hasta que, durante la preparación del examen MIR, supe de la Oncología Radioterápica por una entrada de Aitor Guitarte en su blog. Sí, hoy esto va de twitter y blogs.
Vas haciendo simulacros (en la preparación del MIR) y vas haciendo cábalas de lo que podrás hacer y dónde y lo mejor es tener un puñado de opciones en la cabeza. Yo tenía de todo, pero me inclinaba por Oncología, Médica o Radioterápica, y Neurología. Además de otras tres que se me ocurrían, que también me parecían geniales como trabajo.
Pero al final, el día D en Madrid, hay que elegir una. Tras consultar con Paula Jiménez Fonseca, oncóloga médica del Hospital Universitario Central de Asturias, y permitirme acompañarla en su trabajo, me presentó a mis colegas de Oncología Radioterápica del HUCA y estuve 3 mañanas viendo el día a día de la oncología radioterápica. Y me gustó, oigan. Además conocí a la que sería mi R4 al empezar el año pasado, ahora adjunta. Ese contacto con el día a día me permitió hacerme una idea de su rutina de forma mucho más completa que cualquiera que hubiese podido hacerme por leer por internet acerca de la especialidad. Así que les estoy muy agradecidos.
Con posterioridad viene elegir dónde, pero eso es otra historia. Muy personal en muchos casos. Hay unas 46-48 plazas de Oncología Radioterápica cada año. Es decir, de las aproximadamente 12.500 personas que se presentan al examen MIR para unas 6.000 plazas nuevas cada año, ni 50 podrán elegir Oncología Radioterápica, lo cual también nos beneficia a la hora de encontrar trabajo al finalizar la residencia. Pero, en primer lugar ese número ajustado se debe a que este tratamiento no está presente en todos los hospitales o, aunque esté presente, no hay un volumen de tratamiento suficiente como para formar residentes.
Por lo tanto, en principio mejor un gran hospital que vea una casuística muy elevada y tenga más técnicas. Pero también puede pasar que sea un hospital grande y que, por haber otro más grande y de referencia en la misma provincia, no se vean tantos casos. Eso ocurre en Valencia con los que no son de referencia por ejemplo. En cambio, en otras provincias o comunidades uniprovinciales o con menos hospitales grandes, puede que sus hospitales medianos vean más casos que esos grandes centros de otras comunidades por el hecho de estar todos centralizados en uno (como es el que caso de Cantabria). Espero estar explicándome.
La contrapartida es que en los medianos no habrá tantas técnicas de tratamiento (Radiocirugía también llamada radioterapia estereotáxica, o todas la Braquiterapia posible) No obstante, por la quincena de servicios que yo indagué, puedo decir que entonces (va a hacer dos años) ninguno ponía problemas a la hora de realizar una rotación externa, puesto que también debemos aprender las técnicas de las que no dispone tu hospital o los casos que no trates pero sí competen a nuestra especialidad, ya fuese en España o en el extranjero.
Entre Oncología Médica y Oncología Radioterápica hay grandes diferencias. Ellos aplican quimioterapia de forma sistémica (a todo el cuerpo, ya sea por vena o en pastillas) y la radioterapia es local: se trata sólo donde hay tumor de forma dirigida con radiaciones ionizantes. OM suele tener una planta considerable, con bastantes camas a su cargo, cuya labor es importante, mientras que ORT suele tener pocos ingresos (si los tiene, depende del hospital), por lo que es sobre todo una actividad de consulta (en Santander -y en general- 3 días por semana: pacientes nuevos, pacientes en tratamiento y revisiones post-tratamiento).
Cada vez hay más fármacos contra más dianas moleculares, mientras que la radioterapia ha cumplido 100 años y lo que ha cambiado sobre todo es la forma de aplicarla, según qué técnicas de imagen participen en la detección del tumor y la indicación de dónde se encuentra exactamente; aunque también ha cambiado la aplicación de radioterapia (desde la Radioterapia externa conformada en 3 dimensiones a la intensidad modulada -IMRT- o la radioterapia guiada por imagen -IGRT- por citar algunas).
Por lo tanto, ahora pueden fusionarse una resonancia magnética y una tomografía computerizada por ejemplo, ya que la primera nos da una información fidedigna de los tejidos blandos y la segunda del hueso y otras estructuras. Con distintos software y programas (Velocity, PCRT, Pinnacle como los más usados) se delimita en las pruebas de imagen lo que queremos radiar y los tejidos sanos a proteger.
Así pues, la radioterapia es más tecnológica e instrumental, equiparable a cirugía en algunos tipos de tratamientos; por lo que aún queda futuro para esta especialidad. Ésa fue una de las cosas que me hizo inclinarme por esta, así como realizar guardias de la propia especialidad una vez alcanzada la mitad del periodo formativo o antes (en la mayoría de los hospitales al año de haber empezado la especialidad) y no de urgencias e interna como los residentes y especialistas de Oncología Médica en la mayoría de los hospitales.
En el día a día del diagnóstico y tratamiento del cáncer participan muchas especialidades en función del tumor del que estemos hablando: médicos de familia, ginecólogos, neumólogos, otorrinolaringólogos, radiólogos (los que estudian las imágenes pero a veces también toman muestras del tumor), anatomo-patólogos, cirujanos (generales, torácicos, maxilofaciales,...), especialistas en Medicina Nuclear. Seguro que me dejo algunas.
A Oncología Médica y Oncología Radioterápica ya llega diagnosticado. Diagnosticado no necesariamente es informado. Pero puede que a veces no tenga interés en saber al 100% qué le pasa, lo cual es respetable. Pero esta es otra historia, que diría Michael Ende. Cuando un paciente es diagnosticado, un equipo multidisciplinar compuesto de esos especialistas tomará la decisión para tratar de una u otra forma, según el caso. El tratamiento muchas veces engloba las tres patas: cirugía, quimioterapia y radioterapia. En ese orden, al revés (quimio-radio y luego cirugía) u otras muchas combinaciones.
Y, por supuesto, realizamos un seguimiento de los pacientes para ver cómo llevan el tratamiento (lo que llamamos ver si se produce toxicidad por la radioterapia) y ver cómo es la respuesta al tratamiento.
Seguiremos informando. Saludos.